La Real Sociedad ha logrado frente al Cádiz una merecida y contundente victoria en el partido disputado esta tarde en Anoeta. Pese a no realizar un juego excesivamente brillante, el equipo txuri urdin ha demostrado que tiene fe en sus aptitudes, y pese a recibir un gol en los primeros minutos del encuentro, ha sabido recomponerse, y ya en la segunda parte ha noqueado completamente al equipo gaditano. Con este triunfo los donostiarras vuelven a ponerse líderes, a la espera de lo que haga mañana el Hércules.
Lasarte tuvo que recomponer su once para este encuentro, por lo que el dibujo inicial del equipo donostiarra lo formaron Bravo en la puerta; Mikel González, Labaka, Ansotegi y De la Bella en defensa; Rivas y Elustondo como pivotes, con Xabi Prieto y Griezmann en las bandas; Aranburu en la mediapunta y Agirretxe en ataque.
El equipo txuri urdin saltó al cesped, completamente limpio tras las intensas labores para retirar la nieve, con la firme intención de encarrilar el encuentro cuanto antes, y a los tres minutos de juego pudo llegar el primer gol tras una internada de Xabi Prieto, que tras superar al portero le cedió el balón a Aranburu, pero el disparo final del azpeitiarra lo sacó bajo palos un defensa gaditano.
En cambio, como prueba de que en el fútbol no se puede perdonar, en el siguiente ataque del Cádiz, un mal despeje de Bravo terminó dejando el balón a los pies de Abraham, y su disparo lo desvió lo justo Diego Tristán para estrenar el marcador del equipo visitante.
El gol en contra no hizo mella en la Real, que se lanzó al ataque, y pocos minutos después, Aranburu recogió un rechace al borde del área, y con un duro y ajustado disparo logró batir a Casilla, devolviendo las tablas al luminoso.
Tras este vertiginoso comienzo, el partido se fue calmando, y aunque la Real seguió dominando, caía una y otra vez en fuera de juego en sus acciones de ataque, algunos bien pitados, otros más rigurosos. Hubo que esperar hasta la media hora pasada de juego para ver una nueva ocasión de los donostiarras, cuando Labaka remató a bote pronto un centro de Griezmann, que obligó a estirarse a Casilla para evitar el gol. La Real lo ha siguió intentando hasta el descanso, aunque con más voluntad que claridad de ideas.
Sin embargo, nada más comenzar la segunda mitad, en la jugada tonta del partido, dos defensas y el meta del Cádiz fueron a despejar un balón en profundidad y terminaron chocando, con la fortuna de que la pelota se la llevó Agirretxe, y marcó a puerta vacía el segundo de la Real.
Los donostiarras dieron durante un lapso de tiempo por bueno el resultado, y dejaron el control del encuentro al Cádiz, que aun sin generar gran peligro, conseguía llegar con mucha facilidad a las inmediaciones de Bravo. Viendo que en esta situación podían llegar a encontrarse en cualquier momento con un gol en contra, los chicos de Lasarte cambiaron la estrategia para intentar buscar el gol de la tranquilidad.
Tras varios minutos de acoso con buenas ocasiones para marcar, finalmente fue Elustondo, en una muestra de calidad e inteligencia, el que marcó el gol de la tranquilidad en un saque de falta muy lejano, al que el Cádiz no había puesto barrera. El pivote realista lo vio claro y disparó directamente a puerta, cogiendo por sorpresa al meta rival, que se quedó mirando como el balón se colaba en su portería.
Con el Cádiz completamente hundido, la Real siguió atacando en los minutos finales, y en un contrataque Griezmann marcó el cuarto tras recorrer él solo medio terreno de juego, y batir con maestria a Casilla.
Pudo llegar el quinto, pero el asistente le señaló fuera de juego a Xabi Prieto tras una gran asistencia de Agirretxe.
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